Y las
vueltas que da la vida… Lo que puede llegar a cambiar el tiempo un 21 de enero.
Corriente como nunca lo había sido, rompiendo todas las reglas establecidas en
mi imaginación, que siempre está despierta. Esta vez ya no me susurra al oído,
me grita desde lo más lejos y a desgana. ¿Cómo hemos llegado a este punto de NO
mil pensamientos por segundo?