27.1.13

Mil pensamientos por segundo no.


Y las vueltas que da la vida… Lo que puede llegar a cambiar el tiempo un 21 de enero. Corriente como nunca lo había sido, rompiendo todas las reglas establecidas en mi imaginación, que siempre está despierta. Esta vez ya no me susurra al oído, me grita desde lo más lejos y a desgana. ¿Cómo hemos llegado a este punto de NO mil pensamientos por segundo?

25.10.12

Cuando sientes que tu mundo se rompe en pedazos..

Días de otoño que parecen grises, las nubes siempre están encima de nosotros y pocas veces nos dejan ver el cielo. Una atípica presión que oprime el pecho cuando más prisa tienes, una ceguera que te impide mirar para atrás, mitades partidas por la mitad... Un domingo de tormenta que te recuerda que pronto dejará de llover, y que los lunes siempre marcan un principio. La vida eterna no dura para siempre. Sabes? Mirar al norte siempre da un poquito más de fuerza. Piensa, yo sigo aqui descontando días en el calendario para poder paralizar el tiempo, sé que en ese preciso momento nadie podrá robarme mi tesoro más grande. 


10.10.12

Así estoy yo



Así estoy yo sin ti, cuándo el dolor ha traspasado los límites de la naturalidad y pasa a estar en una nueva dimensión. De su boca las palabras salen como punzones afilados, su mente no discrimina, mientras tanto yo desespero de esperarlo. La noche siempre pone las cosas en su sitio, aunque a veces los papeles se traspapelan y relucen viejas letras que recuerdan cosas hermosas, pero mi conciencia advierte, no tanto como debería, pero esta vez me refresca la memoria: las lágrimas para cuando valgan la pena. Es la apatía de un corazón cobarde, que espera y desespera, pendiente de que llegue el otoño. Las raíces siempre permanecen, como los recuerdos, pero las hojas cambian, se caen cuando su ciclo ya ha terminado y dejan paso al siguiente. En el suelo reposan, esperando a que el viento sople y las arrastre hacia una nueva historia. De lo que no se dan cuenta es de que el tiempo las desintegra, que si no son fuertes el suelo las absorbe, y acaba matando. Como el amor, ese que cuando no muere mata, y al parecer se ensaña lento, muy lento. 

http://www.youtube.com/watch?v=evQpXYDrhSE

27.8.12

Colgado.


Apenas pisábamos el suelo. Como en uno de los tantos viajes, dirección al sur para perder un poquito el norte con destino a la capital del pecado. A mi izquierda quien ha sacado mi mundo adelante, uno de los mayores orgullos de mi vida. Siempre ha sido el conductor de todos mis trayectos, iluminando cualquier paisaje oscuro de carretera. Tan cargado de nostalgia como siempre, quizá cada día más, pero esta vez es mejor no hablar. Los Secretos siempre hablan por nosotros. Homenaje a Enrique Urquijo nos pone los pelos de punta, es cómo si nos ofreciera un pequeño concierto dentro del coche. Una canción y otra, y detrás de todas ellas él es capaz de ver lo más profundo de cada nota musical. Antes de que lleguemos al foro he aprendido tanto de ti. Olvido cualquier intento de bostezo  si pienso en lo grande que te conviertes cualquier martes a las ocho. Mi pequeño héroe. Tú eres mi canción preferida de Los Secretos, papi. Buena Chica nunca había sonado más fuerte.


Y antes que nuestro tren descarrilara, en marcha me bajé sin decir nada. 



16.8.12

Recuerda que, antes de rendirnos fuimos eternos.

Mi mecanismo de escape. Teletransportarme tan lejos que no os pueda ver, perderos la pista por un buen tiempo, hasta que haya podido hacer limpieza de toda la suciedad que por dentro me está corrompiendo. Esa falsa sonrisa que todos los días se dibuja cuando levanto mi persiana, mientras que debajo de mi edredón escondo mi mundo más que caido. Me pongo los cascos porque tampoco quiero escucharos. Mi mente saturada de tanta información y qué tan poca tenga que ver conmigo. Su voz podría calmar cualquiera fiera nerviosa, su letra enamora, cómo solía hacerlo él. Capaz de hacer escocer cualquier cicatriz sin abrir. Y abrirla más. Mucho más.

http://www.youtube.com/watch?v=BOCKYL8CNxc

mentir para no sentirse culpable o responsable del fracaso que supone que el amor se acabe. Sabeis que es lo peor del amor cuando se acaba? que se acaba.

4.8.12

¿Tienen pastillas para no soñar?



Sábado noche. Reversible. Siempre le podemos dar la vuelta a las cosas. Pero para qué engañar a todos esos pesimistas que se autodefinen como realistas: están siendo unos días de mierda. “Ese rencor que sientes es más viejo que la tierra”. Es verdad, cuánta razón, qué ciertas todas esas palabras! Estamos a cinco de agosto y aun intento salir a la superficie. Cuando tocas fondo es difícil mantenerse a flote. Ahí abajo existe una presión enorme, que agobia y aturulla, que es capaz de marear a cualquiera, como si el tiempo diera vueltas sobre si mismo, sin llegar a ninguna conclusión merecida. Después vienen ráfagas de viento que parecen que te dan un respiro, pero siempre duran mucho menos de lo que me gustaría. Cuando creo estar cerca de la orilla sube la marea y me arrastra, siempre en retroceso, mar adentro, hasta volver a tocar fondo. Pero algo ha cambiado aquí dentro. Ahora necesito salir. En `intentar asimilar´ me preparé demasiado, sólo tengo que aplicar la teoría. Estoy harta, furiosa. Me prometí que iba a ser la ‘última línea juntos, que verso acabado punto’, que ‘ojalá no te hubiera conocido nunca’ es el estribillo de una canción cualquiera,  y que ‘quien te quiere no te hará llorar, te hará volar’. Oído cocina. No se que es lo que pesa más, el echar de menos duele, pero el rencor escuece. Yo no solía odiarte, ni tú solías olvidarte de mi. Esta vez sí que nos separa la distancia. La peor de todas las distancias que podíamos imaginarnos. Lo que siempre habíamos jurado no hacer. Rompiendo promesas, una vez más, que no valen nada. 

9.6.12

Pongamos que hablo de Madrid


La aventura comienza y acaba del mismo modo. Un mismo nudo, conectando diferente partes de mi cuerpo. Conexión estómago-garganta-mente. Desaparece mi hambre, se torna difícil la tarea de hablar sin que se escape una lagrima, y mi mente está bloqueada en las mismas coordenadas espacio-tiempo del primer día. Pongamos que hablo de Madrid, canturreaba esa voz áspera de Sabina. Septiembre llega para poner fin a ese verano inolvidable de playas paradisíacas gallegas y plazas de pequeños pueblos que nosotras mismas hacíamos tan grandes. Las maletas, como todo en esta vida, lo dejamos para el último momento. Quizá por el miedo de saber que era verdad, que un día me montaría en mi coche, con el maletero lleno de equipaje, pero vacío de todo lo que me había acompañado hasta ese momento. Viajábamos, mi mente y yo, a  la velocidad permitida, 120 km/horas, acompañados por  desérticos paisajes de carretera y la música en mis auriculares. Comienza mi aventura. El colegio mayor Marqués de la Ensenada le abre sus puertas. Un mundo fascinante donde poder descubrir-me. Segundo izquierda, la 241. La pequeña dimensión donde puede almacenar todos los momentos que le ofrezca la aventura. Muy cerca,  una típica parada de metro madrileña, me espera el vagón que cada día me lleve al porqué de toda esta locura. “Con esta edad se te van a pasar los días volando enana”. Parece ser que los hermanos mayores nos lo adelantan todo. Él es mi mayor sabio, sin duda. Cómo no, acertó una vez más. Los días se iban tachando en el calendario tan rápido cómo mis subrayadores de clase se quedaban sin tinta. Parecía duro al principio, encerrada en mi cuarto con la luz apagada esperando a que pasaran todos esos veteranos con sed de novatear. Botellones en el A, novatadas en el Jaime, litros de alcohol que ingerir, noches en Campus, miles de bandejas por recoger y cuartos por limpiar, más alcohol, sentadillas, chistes, declaraciones,¿ he dicho ya alcohol? Sin duda, actividades culturales extraescolares que han sido de gran ayuda para mi ciclo formativo universitario. Avenida Séneca es sin duda la esencia de Moncloa, “la calle que nunca duerme”. Pero para callar esas malas lenguas que intentan desprestigiar el modelo de vida universitario, sepan que no todo es sexodrogasyrockandroll. Red bull, cocacola y café en vena para aguantar noches en vela frente a unos apuntes inentendibles, sólos ante el peligro. Un flexo, tapones en los oídos, los apuntes y nosotros mismos hasta altas horas de la madrugada. Fuerza de voluntad junto con unas gotitas de responsabilidad es la combinación perfecta para llegar a la meta propuesta. A veces las fuerzas flaquean, pero cuando estaba a punto de caer tenía siete perfectos apoyos donde poder descansar. Siete dosis de energía necesarias en mi día a día. Admirables una a una, por tantos detalles que han hecho una grandeza de ellas, y de revote que una misma crezca por dentro. Necesarias en la nueva rutina que juntas creamos, pero necesarias en mi rutina de siempre, en mi más inmersa cotidianeidad leonesa. Desde León se sintoniza las 24 horas del día Radio Marqués, siempre atentas a cualquier cambio posible en alguna de nosotras. En lo bueno y en lo malo. Cuando unos simples meses han parecido una vida juntas, llegar a saberlo prácticamente todo las unas de las otras, y la confianza extrema. Demostrado ha quedado que podemos con todo juntas, que somos uña y carne, inseparables incluso cuando estamos cada una en una punta de la península. Orgullosa de haberme encontrado con vosotras, orgullosa de reecontrarme con ellas en Eivissa. Otra nueva aventura por escribir. Pero no toda mi aventura se resume en Avenida Seneca. Quedan las calles de Madrid como testigo de ello. Parecía que (porfin) iba a llegar eso de cuyo lo que sea he preferido olvidarme. O quizá, el problema sea  que nunca tuvo nombre, o que nunca quisimos ponerle uno. Duro olvidarse, porque siempre están las calles de Madrid para recordarme que “nunca es lo que pudo haber sido”. Decisiones que tomamos en caliente y que reflexionando tiempo después nos damos cuenta que la única solución es una maldita máquina del tiempo.  Adiós al apoyo cero, de donde todo partía, una de las dosis con más fuerza, de las más importantes,  que ahora se encuentra casi vacía. Toqué fondo, y no he vuelto a la superficie, no quiero. Queda claro que odio Marzo y su cambio de estación. Que vuelva el maldito invierno a Madrid. Eso que los geógrafos llaman Equinoccio, con dos “c” como decía mi profesor de geo que tanto me gustó despedirme de su asignatura. Y permítanme la ironía, también he aprendido algo en clase. Me llevo grandes pilares, sólidos y fuertes para lo que me queda de carrera. Mis chicas y chicos de doble grado. Los que luchamos por tener una letra legible en los apuntes de arte y sudamos por los nervios de las notas de la señorísima Gaona. Profesores que dejan huella, que marcan. Que enseñan a enseñar, a ver más allá de una pantalla de televisión. A forjar unos principios rígidos e inamovibles como futuros periodistas. Que nos enseñan que aunque hoy día el arte de contar las cosas solo sea una actividad degradada, la esperanza es lo último que se pierde. Siempre podremos escribir, a pesar de que nadie vaya a leer estas banales líneas sobre mi primer curso. Pueden acabar con todo, pero no con mi sueño. Seguiré escribiendo, aunque la única lectora de mis letras sea yo misma. Orgullosa, una vez más, de haber elegido este camino intelectual. Orgullosa de vosotras, de ti, de mi, de Madrid.